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Columna de opinión de Yoal Díaz Reyes – Seremi del Medio Ambiente – Región de Aysén
Cuando apostamos por ser el primer Gobierno Eco-Lógico y avanzar hacia a una Transición Socio-Ecológica Justa, reunimos los ideales que nos identifican desde lo más humano hacia la concreción de un modelo armonioso y sostenible, pero la sola manifestación de intenciones no es suficiente, porque hoy tenemos en nuestras manos la posibilidad de hacer real el camino que pavimente hacia visión ecosistémica de sostenibilidad y justicia. En estas últimas semanas hemos visto como se han establecido importantes cimientos desde nuestro Gobierno para dar cuenta de ese compromiso para las futuras generaciones, y por qué no decirlo, beneficio inmediato para quienes transitamos hoy la esperanza del cambio. Así, nuestro Gobierno ha generado una serie de medidas para avanzar en mejores maneras de proteger nuestros ecosistemas y también fortalecer las herramientas de gestión para una real adaptación al cambio climático, demandas de alcance nacional, pero particularmente sentidas para la región de Aysén.
La primera es la promulgación de la ley que sistematiza los delitos económicos y “atentados contra el medioambiente”, incorporando estas figuras al código penal, regulando exhaustivamente delitos tanto de contaminación, como de daño medioambiental. Esto considera además un sistema que funcione de manera coordinada con la regulación administrativa ambiental, buscando así perseguir penalmente a quiénes actúen fuera de la normativa legal en actividades que afecten la biodiversidad y la naturaleza.
El segundo anuncio consiste en el envío del proyecto de ley “Reciclaje de residuos orgánicos”, que se hace cargo de una problemática histórica en gestión de residuos; porque al día de hoy el 58% de los residuos sólidos municipales corresponde a residuos orgánicos. Al desechar los residuos orgánicos perdemos los nutrientes contenidos en ellos, y a la vez, generamos múltiples impactos ambientales: la proliferación de vectores sanitarios (moscas, aves, ratones), la generación de lixiviados, olores molestos y gases de efecto invernadero (GEI), principalmente metano; Estos impactos son evitables. Este proyecto de ley, que busca avanzar hacia una gestión diferenciada de los residuos orgánicos, evitando que estos lleguen a disposición final colapsando vertederos y rellenos, tiene especial relevancia en nuestra Patagonia aysenina, considerando las dificultades que tenemos como región para la gestión de residuos de cada localidad.
El tercer avance es que, desde el pasado domingo 13 de Agosto, inició de la segunda etapa de la ley de plásticos de un solo uso, que comenzó por prohibir el dispendio plásticos de un solo uso en restoranes y delivery, y que ahora avanza en la promoción de la retornabilidad de botellas en almacenes y tiendas de conveniencia, promoviendo su uso, y asegurando la opción retornable para todos y todas. La ley establece que la fiscalización del cumplimiento de esta disposición recae en los municipios, quiénes deberán verificar el cumplimiento de la ley.
Estas tres medidas que hemos desarrollado en los últimos diez días hablan de la urgencia que tenemos como Ministerio del Medioambiente de avanzar en nuestro horizonte de ser un Gobierno que realice medidas que concretizan el ideario la protección del medioambiente en una transición socioecológica justa y que sin duda nos darán las herramientas para abordar las problemáticas
socioambientales de los distintos territorios desde La Junta a Villa O’Higgins y considere la urgencia de medidas que apunten a la adaptación a los efectos del cambio climático, en un territorio especialmente vulnerable y estratégico.
Pronto comenzarán también los diálogos participativos para actualizar nuestra ley 19.300 de bases generales del medio ambiente, en Aysén esperamos sumar las voces de todos y todas para plasmar la visión local de cómo queremos proteger y sostener nuestros ecosistemas, ¡están pasando cosas! No faltes.